viernes, 27 de febrero de 2009

Reflexiones varias y desvariadas


Los viernes por la tarde son siempre el mismo viernes por la tarde. Quizá por ello me empeño en seguir en la oficina, porque sé que si vuelvo a casa me encontraré en pijama viendo Los Problemas Crecen (o algo peor), jugando con aquel Spectrum que entraba y salía de nuestras vidas a impulso de reparación, o ablandándome a base de tes con magdalenas, recurso proustiano donde los haya. De vez en cuando, nuestros líderes nos ayudan a sobrellevar el peso de la memoria. Nos ofrecen dosis de realidad valiosas por si mismas: Berlusconi: Barack Obama es joven, guapo y está bronceado. Al fin alguien dio con la verdad, y precisamente por ello recibe el abucheo mundial. Nos da miedo reconocer que Obama, a lo sumo, es el primer presidente bronceado de los USA.

Poco a poco se funden las luces de una casa. Una bella imagen de la decadencia y el paso del tiempo. También poco a poco se van apagando las bombillas en esta oficina, para dejarme a mi y un pequeño ejército sudamericano de limpiadoras como únicos habitantes del edificio. También ellas se irán, y al fin me habré quedado solo.

Obsesión relevante por estúpida esa de limpiar terrenos, echar gravilla y matar lo poco que de verdadero tiene el campo (uno de los ámbitos más sobrevalorados que existen). No te da la impresión de que nos criamos en campos de concentración? El cámino de grava que baja hasta la primera meseta y luego sigue bajando en curva, rodeando el talud, dejando a la derecha el huerto y a la izquierda un fracasado intento de terraplen mediterráneo. Finalmente subiremos de nuevo hasta la entrada. Y tanta ineptitud para ser incapaces de sacar nada bueno de aquello. Como la palmera enana que nunca llegó a crecer, o el resto de árboles disminuidos mirando con resignación al único privilegiado, la gran creación del Botánico Jefe, el árbol de la mierda.

A la salida, dentro de 2 horas, me espera una suerte de fiesta en una suerte de local de moda. Reservoir, bebida engarrafada, los mismos compañeros del día a día maquillados ellos y desmelenadas ellas. Fue hace dos días que hablé de la Revolución en el autobús nocturno que me llevaba a casa. Serían las 2 de la mañana, y entre el silencio aburrido del bus, mis pequeñas aportaciones filomarxistas sonaban como moneda expulsada a los oidos proletarios. Sería tan fácil acabar con todo que es preferible mantener la única forma de revolución permanente que se conoce: trabajar como un asalariado en torno a 8 horas y ver la TV mientras se come algo recalentado.

Nos vemos en Rochelambert

jueves, 26 de febrero de 2009

Tocado (y hundido)


En Victoria Embankment Gardens abría con dickensiana actitud mi bolsa de plástico, sacaba un paupérrimo sandwich de margarina y fruit jam, y comía mirando a la gente que paseaba con sus flequillos brillantes y sus trajes bien cortados (yo echaba entonces un vistazo a mis pantalones de kitchen porter y me decía en voz baja: en pijama en el centro del mundo). En voz media mascullaba canciones que alejaban a posibles compañeros de bancada, homosexuales, negras locas, gente sola como yo y algún español de Cartagena o Zafra. Un día apareció un escenario en medio del sendero de gravilla (pronunciar con y bisbiseante), por lo que me acerqué (salami danés de repetición recien rumiado) con el paso simple de manos a la espalda propio de turistas deseosos de ser humillados. La música parecía una versión rock-pub de himnos late-60´s tipo Jefferson Airplane. Todos vestían una misma camiseta negra en escena, y me costó reconocer que todos vestían la misma camiseta negra entre el público. Corto de vista y con un claro déficit de nutrientes por aquel tiempo, me costó más de lo previsto leer el mensaje escrito en ellas: Jesus loves you. En ese instante yo me encontraba en el centro de los 20 o 30 tipos que seguían el concierto, y por eso me pareció que el cantante me miraba a mi cuando dijo algo, agachó la cabeza y comenzó a rezar. Todos a mi alrededor le siguieron y se hizo el silencio. El instinto de supervivencia Viana completa la escena. Movimientos laterales y miradas al horizonte, confusión cromática en los espectadores. Era uno o eran todos? Hubo realmente alguien en aquella multitud? Se me ve de nuevo en el banco sentado y comiendo un bocadillo de salami danés que inexplicablemente ha vuelto del otro mundo. Yo soy la resurrección y la vida, comento en voz de nuevo baja mirando a los hijos de Dios.

Coda: lo de la multa por pagar tarde se está complicando. Ya solo falta que me echen (y la verdad me lo merezco, como dijo Michel)

miércoles, 25 de febrero de 2009

Summerfield Suites


Sí, vivíamos como escribíamos. A ratos, encerrados en habitaciones. Con miedo, con aburrimiento. O mejor, sin miedo ni esperanza. Sin ilusión pero soñando. O mejor aún, ni vivíamos ni escribíamos, ni teniamos miedo ni esperanza ni ilusión ni sueños, pero eso sí, aburrimiento nos sobraba. Y así fue como todos nos fuimos a Londres, o Londrés, con acento en la e, todos allí, de nuevo, repitiendo lo mismo que hacíamos en Sevilla. Pero con menos dinero, agotados, trabajando entre platos sucios y con tipos raros, bebiendo vino infame y las mismas cervezas de siempre, y haciéndonos un poco de historia colectiva, algunas anécdotas futuras y daños irreparables en estómagos demasiado sensibles (ese era yo). Pero resulta raro que unos 7 años después vuelva sobre esto, sobre apenas tres meses, después de todo lo pasado, en una habitación de hotel en Morristown NJ, cuando otras cuestiones debieran ocupar el tiempo que dedico a beber cerveza (las mismas de siempre) y a ver la TV americana, lo único bueno en este horroroso país. Un vistazo por la ventana a una noche algo nevada y silenciosa. Las carreteras que llevan a Jersey City, a Nueva York, a los pueblos y las casas, las calles vacías, la falta de vida en las calles y en los pueblos. Áreas comerciales en las que se venden hamburguesas y sandwiches y comidas absurdamente picantes. Gente soberbia y gente demasiado desesperada. Aunque al final, y de nuevo, lo peor sigo siendo yo. La ausencia de carácter, el miedo a todo, la sensación de que uno mismo es el peor enemigo de uno mismo. Y la verdad, son tantas las veces que me he repetido esto que no vale la pena insistir sobre ello. Pasó lo mismo hace años en Pittsburgh, cuando me vine abajo inexplicablemente, delante de todos, y la única explicación que podía ofrecer era que estaba triste. Eso era todo. Y eso es todo. Estoy triste porque no soy quien quisiera ser. Por que soy quien quisiera ser y yo mismo me tiro a los pies de los caballos (gracias por la expresión DonManué). No sé, en estos casos nada ayuda. Sería necesario hablar de los demás, contar historias, narrar estados de ánimo de una forma algo más sutil, escribir. Escribir. La gente espera algo de uno, y uno también acaba esperando el sentarse alguna vez y comenzar el relato de quien sea, de lo que sea.

Summerfield Suites: Morristown NJ

Reciclaje


Pues eso, que he decidido reciclar los comentarios hechos en el Blog de mi hermano para disfrute de la afición. Ya veis, llegan las rebajas.

Lo de la foto no tiene más intención que la de homenajear a Pablo Montosa, fiel seguidor del gran cantante country jerezano.

martes, 24 de febrero de 2009

Novela Topológica?


Sí, o novela que indaga en la psicotopología de los personajes (qué más da). Se trata de referenciar de manera minuciosa, casi obsesiva, el itinerario de los personajes, el escenario de sus cuitas y desmanes, el trayecto seguido por sus pasiones (o los continentes que las mueven), un trayecto que el aburrimiento hará más o menos largo y que el recuerdo hará más o menos intenso. Son los libros de Patrick Modiano, pequeños relatos que repiten una letanía de calles, plazas, pasajes (Paris, Lyon..) en los cuales los personajes no parecen hacer otra cosa más que transitar en los recuerdos de alguien que fue niño o joven (qué más da), pero transitar en el sentido literal del término, de un lado a otro, de un café a otro café.

Podemos también definir este afán psicotopológico por oposición, es decir: el cine sevillano. Tres películas: Solas, Astronautas, El Traje. Tres películas donde Sevilla ni siquiera es un nombre, tan solo un decorado más o menos real. Por qué? Por qué dejar ver unos sospechosos autobuses naranja y hablar en terminos genéricos de La Ciudad, de un barrio que es La Macarena al que no le dejan serlo? [Solas] Cuánto ha perdido Astronautas, una muy buena película, por no dejarse ir, abrir las ventanas, bajar a las calles de mi barrio y tomar algo en El Punto o El Remesal cuando aún existía? Qué sentido tiene que en El Traje no hagan más que dar vueltas por la ciudad sin la más mínima mención a Sevilla, una calle, una plaza...? Desnudar la obra de todo lo accesorio para reforzar el mensaje abstracto y universal: mierda de cine español!

Esta entrada debiera gustarte Daniel, o al menos crearte cierto interés. Si jugáramos a Modianos y Escritores hablaríamos del 207a de Goldhurst Terrace, de esa calle que avanzas con tu habitual lentitud, como si se tratara de un Vertigo con más lluvia y menos maquillaje , comprobando la dureza del pavimento (ya me dirás algo parecido meses más tarde), en ese área indeterminada, zona fronteriza entre el inasible Hampstead y el hojalatoso Kilburn, versión cartonera y jamaicana del añorado Rochelambert. Seremos nosotros los mismos que pasearemos un 24 de Diciembre, mientras tu tarareas con aplicación (Broken Star) y yo mascullo Connection ante una vieja oficina de Decca. Días más tarde bajaremos por Adelaide Road hacia el alcohol clandestino y las hamburguesas de pescado: unos ratones nos contemplarán desde lo alto.

Coda1: el artículo original fue borrado ayer en un error. Grabar antes de cambiar de página puede convertirse en una nueva definición de la inteligencia

Coda2: ZP cesa a Bermejo por una foto con los ciervos cazados: revancha familiar o Bambi II la Venganza?

lunes, 16 de febrero de 2009

Macedonio


Entre los ya míticos planes de Macedonio Fernández se encuentra el de llegar a ser Presidente de la República Argentina. Su razonamiento es irreprochable: es más fácil intentar ser Presidente que dueño de una farmacia, muchos luchan por conseguir lo segundo mientras muy pocos son los que realmente aspiran a ocupar la Casa Rosada. La forma que idea para conseguirlo es una anticipación de los actuales medios publicitarios: por ejemplo, escribir Macedonio Presidente! en un ejemplar de alguna obra de Shopenhauer archivado en cualquier biblioteca de barrio. Cuando el futuro lector de con el mensaje, éste obrará su esperado efecto en la decisión de voto. Otro de los medios para la consecución de la elección es la de crear problemas que precisen ser solucionados. Se trata, pues, de diseminar por la ciudad cerillas que hagan que nos quememos, puertas que se abran al revés, plumas que llenen el papel de tinta.. Presentarse como salvador de esta situación caótica garantizaría a Macedonio ser elegido Presidente.

Hablamos de alguien que pasó su vida escribiendo y apenas publicando, obsesionado con la idea de la conspiración, y con la idea de la novela como medio desenmascarador de los mecanismos del poder. Macedonio planteó una serie de propuestas literarias que nunca llegó a concretar. De hecho, se dice que fue Borges el que adaptó el mundo de Macedonio y lo convirtió en eje de su propia obra. Fue, por otro lado, una persona muy desdichada, que perdió a su mujer de una cruel enfermedad sin poder superarlo nunca. El dijo aquello de que era injusto vivir en un mundo donde los sufrimientos son de herrería si los placeres son de juguetería.

Hoy sus libros son practicamente inencontrables, y eso a pesar de Borges y Piglia y todos aquellos que conociéndole y sin conocerle le procuran un lugar privilegiado en una historia literaria demasiado belicosa (son argentinos, claro).

Ha sido un lunes tranquilo. Seguimos mañana

viernes, 13 de febrero de 2009

Fin de las Noticias del Mundo


Esta es una historia que nadie se cree. Anthony Burgess, el celebérrimo autor de La Naranja Mecánica, está dando clases de literatura inglesa en un elitista colegio de Brunei. De repente sufre un colapso. Se tumba o cae en el suelo y mira a sus alumnos como si estuvieran muy, muy lejos de allí. Burgess acude a varios médicos que le aconsejan en diferentes modos: demasiado alcohol en climas tropicales llevan a un déficit en vitamina B que a su vez... Estreñimiento crónico que conduce a una mala... Todos coinciden en señalar que regresar a Inglaterra sería lo mejor (no deje de visitar a un neurólogo!). Este consejo final se lo da el último médico al que visita, y al que hace partícipe de dos nuevos síntomas: pérdida de apetito sexual y confusión olfativa: rosas que huelen a tinta.
El regreso a Inglaterra no es fácil. Lluvia, humedad, frío y sobre todo miedo. A los pocos días ingresa en la planta de neurología de un hospital londinense. Dos semanas de continuas y absurdas pruebas. Lynne, su mujer, le visitará más bien poco y borracha casi siempre. Finalmente llegará el día del diagnóstico. Tumor cerebral inoperable. No más de un año de vida.
Lo que para algunos podría suponer el final, para Burgess significa la fractura vital tantas veces añorada. Sin nada que perder, sin nada que mantener, su único camino es dedicar el tiempo restante a la literatura. A los 42 años y con la excusa de escribir suficientes libros como para asegurar la supervivencia económica de su esposa, se lanza a una vorágine grafómana que le permite escribir en un solo año 6 novelas.
Burgess esperará morirse, pero entre tanto será su mujer la que muera (demasiada ginebra), tendrá un hijo, se casará otra vez, hablará mal de los malteses, escribirá musicales, buscará palabras en el diccionario para terminar un libro, comprará casas en media Europa y se atreverá a cruzar en una misma novela un libreto de opereta sobre Trotsky, un culebrón sobre la vida familiar de Freud y un relato de ciencia ficción que juega con la idea de la Tierra chocando con un gigantesco asteroide (Fin de las noticias del mundo).

Se comenta que realmente nunca llegó a estar tan enfermo. Se dice también que no fue más que otro intento de publicitar unos libros demasiado poco trabajados. Yo pienso que realmente alguien murió entonces, y ese alguien fue John Wilson, el mismo que dio vida a Anthony Burgess. Se trató tan solo del paso de literato amateur y diletante a profesional de la escritura. En uno de sus libros el protagonista huye del hospital donde le someten a agotadores exámenes cerebrales. Es de madrugada y Londres está completamente desierto. Frio y silencio. Todos nosotros estuvimos allí.

jueves, 12 de febrero de 2009

Selección Negativa

Uno de los personajes que de manera tangencial fue nombrado en la entrada de ayer era Emilio Romero, maestro de periodistas (como generalmente se le ha descrito). Inmundo personaje conocido por su ultraderechismo y su carácter maquiavélico, es un inmejorable representante de la corrupción generalizada en la que devino el franquismo. Se decía de él que iniciaba cruzadas presuntamente independientes contra algún poder fáctico con el único propósito de ser untado. Así pues, el fin de los virulentos artículos coincidía con el estreno de un Mercedes o una nueva casa en la playa. Adorable.
No es esta, sin embargo, la actividad que más pavor me provoca en Emilio Romero. No, lo peor fue su carrera literaria. Propulsados por el erial artístico e intelectual a la que la Guerra Civil condena a España, y más que la guerra, el General Franco y su concepción de la cultura (la misma de Millán Astray), una serie de arribistas adeptos al Régimen coparon la escena literaria nacional sin más equipaje que una camisa azul, una mano levantada cara al sol y unas cuantas lecturas desordenadas. No estoy hablando del grupo de nombres que hoy permanecen: Delibes, Torrente Ballester, Lain Entralgo, Sanchez Mazas, Foxá, Cela... No, me refiero a esos otros que llegaron a acumular imposibles Premios Nacionales de Literatura, como es el caso del susodicho Romero (obras como La paz empieza nunca, y con él la verdad no me extraña nada) o Vicente Escrivá, más conocido por su labor televisiva y filmica (es el nunca demasiado bien ponderado autor de Cateto a Babor, Vente a Alemania Pepe, Menudo es mi padre (con el Fary!) y Manos a la obra), claros ejemplos de la selección negativa, enfermedad que afecta a los paises vapuleados por graves catástrofes sociales y morales (y la Guerra del 36 lo fue).

El problema surge cuando dichas catástrofes son menos evidentes, se producen de manera soterrada y acaban por invadir la totalidad de los espacios de expresión y decisión. Sí, la selección negativa ha vuelto a adueñarse de los modos de promoción y recompensa, creando una demeritocracia que tiene conocidos representantes: Pepiño Blanco, Soraya, ZP, la Cospedal, la Pajín, Rojo el del senado... todos ellos en política. El mundo de la cultura no se salva, claro está, pero no me siento con ánimo de enumerar a la pencada que llena estantes y pantallas. Para verlo os basta con sintonizar Cuatro o La Sexta, o bien escuchar la SER (para aquellos más valientes).
Si, por otro lado, teneis curiosidad por saber lo que hubiera pasado si los hijos y nietos de Emilio Romero no hubieran cedido en sus posiciones la recomendación es otra: no dejeis de ver Intereconomía TV (H&S mediante)

Echo un vistazo a lo escrito y advierto que comencé con una intención y terminé con otra muy distinta. Lo interesante era poder haber hablado de la influencia de los infraliteratos falangistas en el cine de destape de los 60, y como sus historias participaban de cierta tendencia a la alegoría que tiene su origen en los padres del movimiento (si es que podemos llamarlo así) y sus primeras obras, allá por los 30. De la vanguardia y su estertor fascista al cine incomprensible (en muchas ocasiones) de Lazaga, Escrivá, Paso, Iquino... Bueno, otro día será.

Coda: los créditos en China crecen un 103% (serán también créditos de veinte duros?)

miércoles, 11 de febrero de 2009

Es España coño!

Entre el aluvión de especiales dedicados al 23-F, mi favorito es aquel que recoge las conversaciones grabadas entre Juan García Carrés (uno de los conspiradores) y sus diferentes corresponsales (Tejero, Milans del Bosch, Mas Oliver, Emilio Romero..). Decisivo documento para comprender algunos puntos: 1. se trataba de una cutrada absoluta de golpe. 2. casi todos eran valencianos (a veces parecen la familia Roig y sus chanchullos) 3. García Carrés sobreactua más que Eusebio Poncela (qué talento para el drama) 4. Tejero es más corto que el simpar Marianico.

Respecto a la imprevisión de los golpistas, mi conversación preferida es la que hace referencia al teléfono de las Cortes (montan un golpe de estado y no prevén un canal de comunicación)

García Carrés- Bueno estemos en contacto continuo. Yo te iré... Dame tu teléfono, donde te pueda localizar. ¿Hay alguna baja?

Antonio Tejero- Mira, estamos aquí en las Cortes.

G.C.- Pero dame el teléfono de las Cortes, coño.

A.T.- Pero, ¿tú no lo sabes?

G.C.- Yo no lo sé, coño.

Al final aparece una telefonista fachorra de las Cortes y antigua amiga del Carrés que les da el teléfono.

Mantener la moral alta de la tropa es una de las obsesiones de García Carrés (un auténtico supercomunicador). Sirvan estos dos ejemplos que evidencian la creencia por parte de Carrés de que Tejero es un patriota pero con tendencia al desánimo...

A.T.- ¿Qué hay, Juanillo? (vaya confianzas)

G.C.- Oye, marchas militares en Radio Nacional.

A.T.- ¡No me digas!

G.C.- ¡Sí señor, moral alta!

A.T.- ¡Que dice que en Radio Nacional están dando marchas militares! (Tejero gritando a la chavalería que le acompañaba entre asustada y estupefacta)

G.C.- ¡Sí, moral alta, moral alta! (...)Mira, escúchalas, escúchalas.

[Efectivamente, en las cintas se escucha música militar].

G.C.- ¿Lo oyes, lo oyes?

Tanta moral lleva a auténticas catarsis liberadoras:

G.C.- Oye. La Acorazada está ocupando Televisión.

A.T.- La Acorazada está ocupando Televisión. (Tejero haciendo de vocero otra vez)

G.C.- Di que lo digo yo con toda seguridad. ¡Qué cojones! No, no, no os dejéis engañar. No renuncies. ¡Que es España!

A.T.- De acuerdo que es España.

G.C.- ¡Es España, coño!

A.T.- ¡Viva España, coño!

G.C.- ¡Viva España!

A.T.- ¡Viva!


Pues estos señores estuvieron realmente cerca de conseguirlo. Sí, la idea generalizada actualmente es la de que el Golpe no pasó de ser una algarada o sanjurjada como aquellas que amenizaron la vida política de nuestros bisabuelos y abuelos, pero las cosas fueron muy distintas. Tanto que nunca llegaremos a saber en qué medida el Rey estuvo implicado en el mismo, o el papel que el PSOE jugó en la llamada solución Armada (el De Gaulle español, vaya tela). Quizá sea mejor así, de este modo podremos disfrutar con Lluis Homar haciendo de Juanca e imitando a Fuentes imitando al Cuchara (bello juego de espejos), o a esa tipa que tiene que ir anunciando que es Sofía para que no la confundamos con la cocinera de palacio. Claro está, nada de esto es comparable al bodrio que Antena 3 ha tenido a bien regalar a su cada vez más mostrenca audiencia. Estuve esperando la aparición de Carapán (vosotros sabeis quién es)haciendo un cameo de militar golpista, el sueño de su vida, pero no cayó esa breva.

Finalmente, fue García Carrés, el auténtico protagonista y héroe de nuestra historia, el que dio el carpetazo definitivo a todo este asunto con un giro absolutamente inesperado: registró el 23-F como marca comercial.

Coda: aquel día lamenté que el golpe no durara lo suficiente como para evitar ir a la escuela la tarde del 24. Nadie piensa en los niños

martes, 10 de febrero de 2009

Lost en el Traslado

Me decía Stephanie esta tarde que no se imagina cómo puede ser traducido Céline al castellano (resulta que sus libros están escritos en jerga parisina de la primera mitad del siglo). He quedado en traerle algún ejemplar que tengo por casa, pero la respuesta se la puedo dar ya: en una improbable mezcla de madrileño castizo de Chamberí con infiltraciones de las distintas regiones que componen nuestra querida España. Vamos, una de esas creaciones propias de los traductores españoles, personas no acostumbradas a comprar el pan o hablar con sus congeneres.

La traducción es una de esas pequeñas obsesiones que me han acabado por caracterizar como freak (por si era necesario algún empujón adicional). Un ejemplo: La Narración de Arthur Gordon Pym de Edgar Allan Poe y su última frase.

Original: And the hue of the skin of the figure was of the perfect whiteness of the snow

Cómo traduciríais the perfect whiteness of the snow? La perfecta blancura de la nieve? Parece facil, no? Pues no! Resulta que numerosas traducciones hablan de: tan blanco como la nieve; una blancura perfecta como si fuera de nieve, o blanco nevado y perfecto, o aún peor, todo menos negro. Cortazar en su traducción optó por la nuestra: la perfecta blancura de la nieve.

Otro caso: The Dead, James Joyce

"Yes, the newspapers were right: snow was general all over Ireland. It was falling on every part of the dark central plain, on the treeless hills, falling softly upon the Bog of Allen and, farther westward, softly falling into the dark mutinous Shannon waves. It was falling, too, upon every part of the lonely churchyard on the hill where Michael Furey lay buried. It lay thickly drifted on the crooked crosses and headstones, on the spears of the little gate, on the barren thorns. His soul swooned slowly as he heard the snow falling faintly through the universe and faintly falling, like the descent of their last end, upon all the living and the dead. "

Atentos a as he heard the snow falling faintly through the universe and faintly falling

Cómo traduce esto Cabrera (había escrito Cabrear, je) Infante?

al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve Respetando la aliteración al repetir nieve (buen punto) y leve. Pues bien, algún gracioso, por eso de no repetir palabras traduce: al oír caer la nieve suavecita sobre el universo y aún más suave caer ejem..

Coda: el título de este post es la más que probable traducción de Lost in Translation en los cines de L´Hospitalet (parada Santa Eulalia)

lunes, 9 de febrero de 2009

por encima / por debajo

Seguimos con Juan Ramón Jiménez: "A todo se llega. He aprendido a ser sucio, y me parece bien". Viniendo de JRJ, el más pulcro de los poetas españoles, la frase dice mucho. JRJ es uno de esos personajes que el tiempo y los infames cursos de literatura española tienden a hacer desaparecer. De poco vale ya el Premio Nobel aquel que le dieron, o las cada vez más espaciadas reimpresiones de Platero y Yo (esas que regalaban las cajas de ahorro en otro tiempo menos consumista y garrulo). Bueno, en su pueblo, Moguer, lo recuerdan a cada paso. No hay esquina o plaza sin azulejo conmemorativo de alguna memez en la que interviniera. Curioso que años ha lo echaran del pueblo a insultos que recorrían el arco que va de loco a maricón. A mi, de Juan Ramón, lo que me gusta es el personaje, los aforismos, las rarezas y debilidades de alguien que se sentía investido de un poder poético especial y al mismo tiempo llegaba a ser una persona muy humilde, obsesionado con la ética y el compromiso cívico. Entre sus anécdotas hay una que me gusta especialmente. Al poco tiempo de comenzar la Guerra Civil, JRJ se exilia junto a Zenobia, y comisionado por el Gobierno de la República inicia una actividad de propaganda y apoyo cultural a la causa repúblicana por América. Llegado a Cuba, coincidirá con un prestigioso hispanista alemás de claras filias nazis. JRJ siente ante este nazi una repulsión inmediata, más aún cuando constata que le ha plagiado partes de una conferencia que pensaba dictar en La Habana. El azar les hace compartir hotel y verse cada día a la hora de comer. Un día el hispanista se presenta ante Juan Ramón y le dice que las suyas son diferencias que entre intelectuales verdaderos no tienen sentido. Las guerras son de los otros. JRJ le contesta que los nazis han destrozado Guernica, y eso es algo que él no puede perdonar. El alemán replica: como comprenderá, yo estoy por encima de los bombardeos. A lo que Juan Ramón contestó: pues yo estoy por debajo.

Por encima / por debajo... Esto me recuerda a otro barbado ilustre: el Capitán Haddock. En una de sus historias (creo que es Stock de Coque) se plantea un dilema a la hora de dormir. La barba ha de estar por encima o por debajo de la sabana? Prueba con una y con otra opción pero no queda satisfecho. Me direis: pero este tío en 40 o 50 años de existencia nunca se ha fijado en como pone la barba cuando va a dormir? Creo que podría tratarse de una revisitación de la vieja historia de Porthos y su muerte por falta de pensamiento. Porthos (en Veinte años después) se dispone a colocar una bomba en una casa, enciende la mecha, y a la hora de salir corriendo se hace una pregunta: cómo hacemos para correr? cómo somos capaces de poner un pie primero y luego otro y así sucesivamente? Nunca se había hecho esta pregunta, y la duda le mantiene paralizado. La bomba explota y la casa se le cae encima. Porthos es fuerte, y aguanta un día, una noche, otro día, pero a la noche siguiente muere. Nunca necesitó pensar, la fortaleza, el valor, le bastarón durante su vida. Sin embargo, la única vez que le hizo falta hacerlo, pensar, el resultado fue su muerte.

Por terminar con JRJ recordaremos aquello de que Todo es menos, que no sé muy bien qué quiere decir, pero me da la paz que necesito un lunes por la noche.

Coda: Oliveira te quiero!

viernes, 6 de febrero de 2009

Derby

In my younger and vulnerable years...No hace falta ser Nick Carraway para hacer un poco de memoria y recordar con cara de lelo las viejas batallas futboleras de antaño. Durante toda la semana he venido repitiendo a todo aquel que encontraba por las calles y los pasillos una misma frase: este año no veo el Derby. Y de tanto hacerlo me veo ahora en la obligación de ser fiel a tamaña promesa. La razón que esgrimo es simple: no quiero sufrir. Y que conste que esto no está relacionado con el hecho de llevar 12 años sin ganar en el campo encalao. Se trata de evitar una de tantas situaciones pasadas, más propias de drama rural búlgaro que de sana afición al balompié.

Recuerdas Daniel aquel Derby en casa de los Sernández? Sus padres, ejemplo de educación y tolerancia. Aquel invitado que tenían, profesor de filosofía y buen socialista utópico (porque con Chaves el socialismo no puede ser de otro modo). La conversación elevada y elegante... Y nosotros cada vez más cabreados con el árbitro ("que se muera, que se muera!! mucha gente muere en el mundo, uno más no importa!"), con el entrenador del Sevilla ("abusa de niños pequeños!! estoy segurooo!!"), o los periodistas ("control policial de la prensa ya!! quema de libros en plazas públicas!!" esto nunca he sido capaz de entender porque lo dijimos).

Y ese otro que vimos en familia, mientras nos insultábamos con los vecinos de enfrente? el capitan de la Guardia Civil y su cohorte de falangistas-sevillistas? Empezamos con esa sacarina del desplante que es "toma ya!" o "a segunda!" para acabar con un "a mamarla cabrones!!" mientras el padre asistía satisfecho a la confirmación de que sus hijos ya eran hombres. Al día siguiente, domingo, se nos vio cruzarnos e intercambiar un frio pero correcto "buenos días", ABC bajo el brazo.

Los Derby´s nos han visto ser considerados como locos extremistas en el Casquet (lo que ya es tarea de titanes o delincuentes no reinsertables). Han asistido a paseos de Daniel por media ciudad tapándose los oidos en vano intento de aislarse del mundo. Provocaron cuentas telefónicas más gordas que el Piraña con el objeto de hacer llegar la agresión a Capi hasta Atenas o la venganza en forma de regate de Joaquín a las playas de Paleo Fáliro. Hasta ha llegado a verse a Pablito Montosa dormirse bochornosamente en medio del partido.

Como final un recuerdo diferente. Mi padre y mis hermanos hace 12 años, cuando estábamos todos juntos, viendo la TV. Viendo a Alfonso, Jarni, Finidi, Alexis, Olías (sí, Olías) devolver la dignidad al fútbol de nuestra ciudad tras años oscuros, la misma oscuridad infamante que nos ha ensombrecido estas últimas temporadas. Gritar los goles en el salón y ver como la madre asoma por la cocina levantando los brazos, porque ella prefiere oir la retrasmisión por la radio, cosas de mi madre. Abrir una botella de champagne (lo del cava nunca ha cuajado en casa, gracias a Dios) y oir el ruido de los petardos, los claxones en la lejanía, la gloria en todos nosotros.

Mañana renuncio a participar en este juego, aunque solo en parte. Dentro de mi habrá una voz que repita como una letanía: sentir, luchar, ganar..podemos, sentir, luchar, ganar..podemos, sentir, luchar, ganar..podemos..

A por la canalla!!

Coda: no me llameis durante el partido. Apagaré el móvil

jueves, 5 de febrero de 2009

Fitzgerald vs Buñuel - Encuentro Amistoso

Entre las ideas que germinaron del ya mítico encierro en el cuarto de Daniel (y que se extendió por toda la década de los 90 y parte de la 00), una de ellas siempre ha destacado por el carácter comercial de su título: Fitzgerald vs Buñuel - Encuentro Amistoso. Claro está, tras el título no viene nada. Durante un tiempo, y mientras mi hermano aporreaba su plexo solar con rítmica gracia, jugamos con la posibilidad de una obra en tres actos. En el primero, un grupo de amigos (los de siempre) se reunen a cenar en casa de dos hermanos (nosotros) junto a otros compañeros de facultad, allegados y demás personas encantadoras u odiosas. A lo largo de la cena y en tono de alta comedia (Noel Coward, los martinis y toda esa cosa) se irán evidenciando los enconos, las frustraciones, los afectos y los rencores entre los asistentes. En el segundo acto, volvemos a asistir a la misma cena, pero el tono pasa de los martinis a los caciques, y lo que parecía una simple y elegante cena es más una reunión de amigos y dos hermanos borrachos que pretenden ridiculizar sin éxito a unas tipas y tipos esperpénticos pero con el arrojo y la maldad propia de ciertos pueblos del sur. El tercer acto es propio de un whodunit, y los dos hermanos (que a lo largo del acto se redimirán y volverán paulatinamente a su ser fitzgeraldiano) tendrán que resolver la muerte de uno de los anfibios del segundo acto. El final ha de ser lo suficiéntemente sorprendente para que el espectador diga eso de: vaya tontería de final.

Conclusión: no dejen a sus hijos demasiado tiempo sin salir a la calle.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Piglia vs Johny Ratón

Ricardo Piglia siempre cuenta una historia muy curiosa:

la amistad de Gombrowicz con el poeta Carlos Mastronardi, que discurría siempre del mismo modo. Mastronardi, que era un hombre muy fino y muy discreto, un gran noctámbulo y un extraordinario poeta que en toda su vida escribió un solo libro , lo esperaba en el Querandi, un café de Buenos Aires, tomando un té, y Gombrowicz llegaba siempre un poco apurado. Mastronardi lo recibía con gentileza y preguntaba "¿cómo está, Gombrowicz?". Y Gombrowicz le decía siempre: "Cálmese, por favor, Mastronardi". Como si Mastronardi se hubiera dejado llevar por una emoción excesiva por el solo hecho de saludarlo gentilmente

Me direis: bien, y qué? La verdad es que no lo sé, pero sentía la necesidad de compartir algo del mundo de Piglia con todos vosotros. Un autor que decide construir un canon heterodoxo no solo de la literatura argentina sino de todo lo que puede ser leido. Desde una visión nada complaciente o fácil, eso sí. Leer a Piglia es leer sobre formalismo crítico, Benjamin y cosas aún más aberrantes. Pero también sobre los proyectos imposibles y su vinculación con la literatura. Como si escribir una novela fuera una forma de desenmascarar la trama de engaños en la que nos movemos cada día, cuando vamos al trabajo o depositamos nuestro poco dinero en bancos sin el más mínimo temor. La idea de que la única revolución posible en nuestro tiempo parte de hacer buenos libros es tan atrayente como absurda, pero como dice Piglia que decía Macedonio: emancipémonos de los imposibles.

Ayer, a la madrugada, la 2 emitió una absurda película de título sobrecogedor: Johny Ratón. Se desarrollaba en una extraña Sevilla llena de castizos madrileños (hasta los niños y los pedigüeños parecían salidos de Chamberí). Un cura negro conseguía salvar a un niño enfermo gracias a sus contactos en el Pentágono (?) para luego morir de un extraño virus. Sucedido todo en un colegio de educación especial, San Juan de Dios, que reconocí como el sitio donde una vez al año nos llevaban de excursión los cutres jerifaltes del Pablo VI. Cada año jugábamos al fútbol con los chavales a los que les faltaba una pierna, un brazo, los paralíticos cerebrales, y otros a los que no podíamos localizar ninguna minusvalía pero cuyas ropas setenteras delataban como internos de la institución. Recuerdo que al llegar la hora de marchar (esto de marchar es un catalanismo, no?) procuraba estar siempre cerca del autobus para subir el primero. Una de mis pesadillas infantiles era quedarme en la Ciudad de San Juan de Dios y ser incapaz de demostrar a los curas aquellos que yo era normal. Pasaba el tiempo y en una escena posterior se me veía a mi en una especie de escuela-taller montando cuadros eléctricos y vestido con un jersey marrón de cuello alto con expresión boba y feliz.

Coda: leed El Largo Adios de Raymond Chandler. Va sobre nosotros, sobre todo aquello que nunca seremos.

martes, 3 de febrero de 2009

1200 mgs de Paracetamol

Numerosos han sido los comentarios que preguntaban por la identidad del tal Asensio Juliá (sobre todo numerosos). No sé si habreis oido hablar del descubrimiento que varios expertos de El Prado (había escrito parado, je) han hecho: El Coloso, ese cuadro tan raro y tan bueno de Goya no fue pintado por Goya sino por un discípulo suyo, Asensio Juliá. Consecuencias: han retirado el cartelito "Goya" de la base del marco y algún petardo ha salido diciendo que ya se veía venir porque el cuadro era un poco birria.
El corolario a todo lo que ha rodeado a los Goya ha venido con la noticia del extravío (robo) de una estatuilla por un crítico en paro. Dos consideraciones por no extenderme: UNO: que clase de encargada de guardarropa da el Goya al primero que se lo pide (parece que fuera de la Academia). DOS: puede haber un crítico en paro? es la crítica una profesión? por decirlo de otro modo, cuando le piden indicar la profesión en un formulario escribe crítico?

Internet, la blogosfera, la Web 2.0 y cualquier otro nombre absurdo que se nos ocurra han permitido la extensión ad infinitum de las propias aportaciones sin necesidad de filtro o proceso de publicación. Los canales tradicionales por los cuales un comentario, un libro, un dietario, una canción e incluso una película eran distribuidos al público se han ampliado y simplificado por mor de este more (vaya aliteración)tecnológico en el que nos movemos. Qué ocurre pues? Somos capaces de publicar a una audiencia quasi-inagotable a la par que inexistente. Y estamos capacitados para hacerlo sin necesidad de aprobación, permiso o simple respaldo. Todo esto es bien elemental y precisamente es el centro de las críticas de Andrew Keen y los adalides de la meritocracia. La red para ellos no hace más que multiplicar hasta la náusea entradas sin el más mínimo valor elaboradas por personas sin la debida preparación. Según ellos, el esfuerzo, el sacrificio, la experiencia, la acumulación de saber, la idea en sí de aprendizaje, la necesidad del mérito para llevar a cabo cualquier obra quedan relegados en aras de la facilidad y el culto al egotismo. Un proceso que arrancaría de la revolución hippy en los 60 (individualismo frente a comunitarismo) y que transmitido por los gurus de la informática amenaza con dinamitar el modelo de conocimiento que conocemos.

La idea es interesante pero, no estaremos asistiendo a un proceso ya vivido? No hace falta agotar demasiados volúmenes de historia de la literatura para comprobar como cada época vive la misma trama de jóvenes que claman por un lugar que la generación anterior, o bien les niega o pretende guardar en base a unas reglas o principios que cree necesario preservar. Ocurrió con los Baroja, Maeztu, Azorín frente a los Nuñez de Arce, Pereda, Echegaray... Y ocurrió también basandose en nuevas formas de comunicación: las ediciones de bolsillo, la prensa, las revistas literarias, frente a las ediciones en cuarto y tapa de piel. Lo mismo que ahora?

Son nuevos tipos de expresión a salvo de la profesionalización. Por esto no me pagan, antes al contrario (pago la red, el coste de oportunidad de mi tiempo..). Un medio de descubrir hasta que punto la vanidad y el lucro mueven al escritor amateur. Saber que nadie leera esta entrada lo sume a uno en un estado de independencia absoluta, como John Wayne perdiéndose en el desierto. Del personaje que llena cuartillas en una habitación ruinosa de una pensión desmadejada a ese otro que escribe entradas diarias en un blog sin visitantes. Los folios encontrados al cabo de los años serviran para avivar un fuego en sentido literal (que no literario). Los despojos de este blog... No sabemos que será de esta memoria sin soporte. También en esto habremos avanzado. Escribir sin esperanza de pervivir.

Coda: ha muerto el creador de los clicks. Al menos ellos son de plástico y no hay Dios que los degrade.

lunes, 2 de febrero de 2009

Premios Goya? mejor Asensio Juliá

Suciedad, enfermedad, comer en el MacDonald´s, saber que Leticia Sabater prepara una novela (el Harry Potter español)... Elementos desordenados de un fin de semana nada memorable. Como colofón la nunca demasiado bien ponderada ceremonia de los Goya. No tengo ganas de polémica, seré benévolo. Cosas varias: es Carmen Machi un horror? Sí. Es fea con ganas y no tiene gracia. Si hacía bien de Aida (serie estomagante donde las haya) será porque ese es su único papel (en la vida): cajera de supermercado o limpiadora maltratada. Daba vergüenza ajena (y de ser Español) ver el careto de Benicio del Toro cada vez que cateteaba la susodicha con el, por otro lado, improbable Che (acento de Pixie y Dixie). Joaquín Reyes vestido de Hombre Elástico fue lo único bueno de la ceremonia. Ver a Carmen machi de infiltrada en uno de los sketches de Muchachada Nui un homenaje a la desubicación (como Manolo Jiménez en el Hall of Fame del fútbol). Hubo mucha protesta anti-opus (tema que me apasiona y sobre el que volveré mañana) y reivindicaciones pro-SGAE / canon digital / criminalización de las bajadas por internet. Repugnante. Nos venía esta pandilla de vividores, gentes que en un mundo normal no subvencionado apenas vivirían de hacer la calle, acusandonos de quitarles el pan de la boca por bajarnos cuatro películas de mierda que nadie en su sano juicio vería mientras se pavoneaban vestidos de Dior, Armani y la madre que parió a Balenciaga. Me sentí tentado de practicar una vomitona terapeútica, y estampar en la pantalla de mi TV antediluviana el Big Mac de mierda que me tuve que comer por no recibir de los impuestos que todos pagamos una subvención para hacer un truño tipo La Conjura del Escorial, nominada a la mejor fotografía, cuando parecía una serie neozelandesa de los 80 (i.e. valle secreto), o esa otra del Greco con el maquillaje de la señorita pepis.

Como podeis comprobar hoy no me siento especialmente agudo e incisivo en mis comentarios. Será que es lunes, o que esto del Blog me empieza a cansar.

Hasta mañana

Coda: para terminar de cabrearme me entero de que la SGAE cobra por el Himno de Andalucía cuyos derechos cedió la familia de Blas Infante a todos los andaluces sin excepción. Andaluces levantaos..y echad a hostias a estos sinvergüenzas.