lunes, 16 de marzo de 2009

CRISIS = CAMBIO = ROMPERLO TODO


1. Un tiempo que apenas puedo imaginar: los años que siguen al final de la 2ª Guerra Mundial. Europa en reconstrucción, gobiernos idelógicamente timoratos, mucho mirar hacia otro lado. En Inglaterra los laboristas intentan sustituir la mantequilla por Peanut Butter y George Orwell inspirado por disparates de este tipo escribe 1984. Francia asiste a una depuración no demasiado clara. Algunos cineastas como Clouzot intentan vender sus filmes rodados bajo la ocupación como metáforas antinazis (Le Corbeau) ante el miedo de ser apartados de la vida pública y profesional. Arletty dificilmente puede argüir defensa mejor a la acusación de haber tenido relaciones con un oficial nazi que esta: mi corazón es francés pero mi culo es internacional. Alemania se me antoja un caso especialmente triste, con todos esos moralistas sermoneando por un lado (Heinrich Böll) y los otros recomponiendo el pais con el mismo ahinco con el que descompusieron dentaduras en busca de oro. Para mi, la Alemania de posguerra es inevitablemente nublada. Italia, sin embargo, presenta la mejor imagen mental (en mi mente, claro está) de todas. Tras el paréntesis fascista (20 años de ilusión marcial) se impone el inevitable talento italiano para las situaciones de cambio y el talento italiano inevitable para el trabajo en equipo (que se lo digan si no a la Azzurra o a Flaiano, Pinelli, Cecchi D´Amico, Scola, Risi, Fellini o Rondi o Guerra entre otros).

2. Un artículo del Boston Globe alerta sobre el nuevo comportamiento durante la crisis:“Mientras las crisis del ’29 fue algo público y participativo, algo que podía verse y sentirse en las calles, la depresión del 2009 será una experiencia menos visible y más aislada. Con la disminución de los precios de la televisión de pago y la proliferación de nuevos canales, se hará más fácil matar el tiempo a solas. Y el tiempo libre será algo que sobrará durante la depresión del siglo XXI. En lugar de las polvorientas familias de granjeros vagando por los caminos, el icono visual de la depresión moderna será algo tan sutil como el parpadeo de millones de televisores que nunca se apagarán mientras los desempleados sigan en casa, llenando sus días con la distracción más barata”.

3. Hay soluciones y soluciones. Durante los años que siguieron a la 2ª Guerra Mundial se publicaron numerosas novelas de corte existencial que abundaban en el absurdo de la existencia humana: La Naúsea, El Extranjero, Una Cuestión Personal, Homo Faber... La solución propuesta en algunas de ellas era el suicidio. No siendo esta una alternativa demasiado satisfactoria, nuestros autores llegaron a una conclusión no demasiado original pero sí conmovedora: la solución es la entrega a los demás: Albert Camus en La Peste. Hoy en día, cuando la autoridad moral de un Camus es sustituida por el balbuceo inconsecuente de un Bono, la única respuesta que puedo esgrimir es la post punk e irónica de MGMT. Buenas Noches.

Time to Pretend

I'm Feelin rough I'm Feelin raw I'm in the prime of my life.
Let's make some music make some money find some models for wives.
I'll move to Paris, shoot some heroin and fuck with the stars.
You man the island and the cocaine and the elegant cars.

This is our decision to live fast and die young.
We've got the vision, now let's have some fun.
Yeah it's overwhelming, but what else can we do?
Get jobs in offices and wake up for the morning commute?

Forget about our mothers and our friends.
We were fated to pretend.

I'll miss the playgrounds and the animals and digging up worms.
I'll miss the comfort of my mother and the weight of the world.
I'll miss my sister, miss my father, miss my dog and my home.
Yeah I'll miss the boredom and the freedom and the time spent alone.

But there is really nothing, nothing we can do.
Love must be forgotten. Life can always start up anew.
The models will have children, we'll get a divorce,
we'll find some more models, Everything must run its course.

We'll choke on our vomit and that will be the end.
We were fated to pretend.

jueves, 12 de marzo de 2009

Distopías Celestes


Al hablar de antiutopías o distopías siempre alguien levanta la mano y dice: Un Mundo Feliz..1984...Farenheit 451. Novelas en las que se construyen mundos alternativos y pavorosos de manera rigurosa y global. Sin embargo, al buscar en la Wikipedia el término Distopía aparece una lista inmensa de títulos que proponen mundos alternativos no ideales. Algunos son bien conocidos: La Naranja Mecánica de mi admirado Anthony Burgess (del que también añaden 1985, que no he leido y promete ser una gran frikada, y del que no incluyen The Wanting Seed, memorable novela distópica que mezcla ciclos de agustinismo y pelagianismo con algo de antropofagia y homofobia), Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick, cuya vida paranoide estaba siempre por encima de sus libros (no olvideis leer Yo estoy vivo y vosotros estais muertos, la biografía escrita por Emmanuel Carrere), o Soy Leyenda de Richard Matheson que antes de inspirar a la peli con Will Smith dio lugar a otra mejor y más divertida con Charlton Heston algo talludito.

Entre todos los libros que se nombran uno me sorprende: La Trama Celeste. Fue escrito por el genial Adolfo Bioy Casares en los años 40, y no pasa de ser un relato, un cuento algo largo. Nunca pensé en La Trama celeste como relato distópico, y sin embargo lo es. Propone una serie de mundos alternativos, universos paralelos en los que nuestra existencia se acerca o se aleja del modelo normal por detalles que en apariencia podrían parecer absurdos (en uno de los mundos paralelos Cartago no es vencido totalmente y Gales no existe), y todo bajo el paraguas teórico de Louis Auguste Blanqui, un revolucionario francés del XIX que entre discurso, prisión y agitación comunista escribió un extraño libro llamado La eternidad a través de los astros. Hipótesis astronómica (vaya título) donde expone sus ideas cósmicas. Y lo mejor de todo es que el conjunto sirve a Bioy para contar su ya famosa historia de parejas que no pueden encontrarse por torpeza del hombre (incapaz de darse cuenta de que hay una mujer que le quiere)usando el habitual tono de elegante choteo.

Adolfito (como le llamaba Borges) fue alguien eternamente dividido entre dos grandes pasiones: la literatura y las mujeres. Su padre fue Ministro, su madre lo consideró un perdido, se casó con una escritora 10 años mayor que él a la que engañó con dedicación y ternura (yo sé que me quiere porque siempre vuelve a mi, diría ella). Conoció un día a Borges y desde entonces pasaron toda su vida juntos (hasta que llegó la china). Los diarios de Bioy repien esta entrada cada día: ceno con Borges. Los dos escribieron libros que solo ellos comprenden (Silvina, la mujer de Bioy, llegó a odiar la manera en la que trabajaban cada noche: riendo como niños sádicos) y todos disfrutamos (las historias de Isidro Parodi). Finalmente Adolfito vio como todos morían a su alrededor: su mujer, su hija, su mejor amigo. De manera resignada y elegante aceptó lo que llegaba.

La Trama Celeste, En Memoria de Paulina (que dio lugar a una película absurda con Eusebio Poncela In Memoriam), Los Afanes o El Perjurio de la Nieve, entre otros, son, sin duda, los mejores cuentos de imaginación razonada escritos en español. El Sueño de los Héroes es la novela que releo una y otra vez cada cierto tiempo.

Decía Fernando Pessoa que no conocía mayor placer que pasar una tarde leyendo las historias de Sherlock Holmes (habano incluido). Pongamos a A.B.C. en lugar de A.C.D. y un Gin Tonic entre tanto humo.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Desde Vian(a)


1.
Reviso mis tarjetas de visita. Ver el propio nombre impreso le hace sentir a uno extraño y curiosamente responsable, como cuando alguien en voz alta pronuncia nuestro apellido (mascullamos un "presente" apenas audible por el miedo). Tendría que ser una obligación pasearse por el pasado, algo así como Vian en La Hierba Roja (que para nosotros sería Laa Hierbaa Rojaa). Volveríamos con algunas ideas ya previstas y otras se irían improvisando sobre la marcha. Donde nos quedamos dormidos aparecería un despertador, y allí donde callamos se oiría una voz antigua y gangosa queriendo parecer segura. Yo volvería al Padre Manjón, a que de una vez por todas me pegasen los gamberros. Daría una vuelta por el IB Velazquez a comerme una de aquellas cuñas digitálmente servidas (y ya sabes a qué me refiero) en la cafetería del instituto. Por último visitaría la Facultad para lamentar todo el tiempo que perdí y ya nunca podré recuperar. Otra posibilidad sería la de volver a a ser un niño, y ser presa de confusiones habituales. Entonces fueron Gary Cooper, Gregory Peck y Cary Grant (pero quién es quién?). Hoy serían Hamilton y Obama (pero quién es negro?).

2.
Debiéramos ser capaces de reducir el campo de batalla. Luchar contra la vida moderna (modern life is rubbish) y movernos en círculos apenas poblados por 4 o 5 espectros. En este nuevo mundo sin esperanza estos fantasmas del pasado lo serían también de nuestro futuro. Una y otra vez sacaríamos los mismos temas a discusión, y ya no valdrían excusas precipitadas o argumentos pobres. Lo que pudo ser acabaría siendo a fuerza de razón, sentido común y maneras educadas. Algunos le llaman a esto secuestro o privación de la libertad, pero yo prefiero que conste como ajuste retrospectivo de la realidad.

3.
Sigo leyendo de manera desordenada sobre gente diversa. Tenemos por un lado a Rothko (no, no es el de Rothko y sus hermanos), que pretendió decorar un restaurante de lujo con sus cuadros buscando cortes de digestión (y no es broma) y tuvo que echar marcha atrás consciente de que el hambre puede con el arte contemporáneo (probablemente Damien Hirst lo hubiera conseguido). Luego tenemos el caso de TE Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia, cuya sexualidad bascula entre el serafismo inocente (pleonasmo claro si no fuera por el ángel caido) y el sadomaso cutre (le pedía a cualquier señor fornido o pescador de atunes que le diera unos garrotazos por eso de fortalecer el espíritu). Mi preferida es Edith Piaf, que tras años de tragedia músical y vital, grandes canciones, himnos al amor, no arrepentirse de nada... acaba su carrera con un absurdo y ridículo duo con un tipo absurdo y ridículo (con el que ademas se casa), grabando la actuación televisiva más ridícula y absurda posible. La canción se llama "De qué sirve el amor?" y la respuesta es simple.

martes, 3 de marzo de 2009

Revolución Permanente


Uno lee esas novelas rusas en las que cientos, miles de patronímicos van de un lado a otro llamándose padrecito, llorando, bebiendo, calentando el samovar, escupiendo en el suelo, echándole rábanos y pepinillos a todo, hablando de los viejos tiempos y de otros no tan nuevos... Uno lee, digo ,esas novelas en las que la gente recurre al canibalismo y se comen por culpa de la NPE o cualquier otra gran idea planificadora y colectivizadora de los años 20 y 30, mientras siempre alguien pasa en un tren atestado y ve a una señora correr sin éxito para coger el último vagón y el frío apenas deja abrir una rendija en el compartimento...
Uno lee, y no queda otra, están por todas partes, como si miles, millones de rusos con el pelo al rape hubieran dedicado años de gulag a escribir falsas novelas (que diría Benet) para alegría de esos otros que esperaban que aquello finalmente cayera (como cayó) con estrépito y resignación..
Uno lee, un viernes por la noche, este jueves a esta hora, un sábado al despertar resacoso y aburrido, resaca de aburrimiento, un lunes antes de ir a trabajar..
Uno lee que lo único importante de todo lo que vino después fue precisamente el principio, el germen, el estallido, la revolución, y que la idea de revolución permanente es lo más parecido a una de esas juergas interminables que acaban 3 días después entre temblores y nauseas y lagunas de memoria oscuras como mis días en Londres...
Uno lee, luego escribe, y luego (para variar) se va a la cama.
Buenas Noches