martes, 2 de marzo de 2010

BARRIO LEJANO


Barrio Lejano es un comic escrito por Jiro Taniguchi. Cuenta la historia de un hombre de 48 años que vuelve al pasado, a sus 14 años, siendo consciente del tiempo transcurrido, siendo un hombre de 48 años en su interior. Este viaje le permitirá, por un lado, resolver la enigmática desaparición de su padre, y por otro, vivir aún más intensamente aquel periodo adolescente.

Tener la posibilidad de viajar al pasado y rectificarlo. Las películas, los libros, manejan esta historia sin demasiadas sopresas: matar a Hitler, evitar la muerte de Jesucristo, salvar el mundo en suma. Pero qué ocurre si nuestro único afán es salvarnos a nosotros mismos? Salvar lo que podamos de aquellos años. Hacerlos mejores. Abro una revista gratuita de las que abundan en los trenes y encuentro el habitual cuestionario y la ya habitual respuesta: si volviera a nacer no cambiaría nada de lo que he hecho. Qué estupidez. Qué soberbia. Ante declaraciones así yo siempre digo lo mismo: Yo sí.

El protagonista de Barrio Lejano vuelve a sus 14 años y comprende la capacidad (que siempre tuvo y no advirtió) de que las cosas sean mejores, de que todo a su alrededor se amolde a sus deseos. Comienza a destacar en los estudios, es bueno en deportes, consigue a la chica más guapa del colegio. Se trata de la madurez, claro, pero también de algo más. De la consciencia del tiempo pasado. De saber que el tiempo huye sin que podamos hacer nada para evitarlo. Siempre es demasiado tarde para comprender esto último. Vivir intensamente significa por lo general lo contrario de lo que los adolescentes hacen.

Por tanto, para mi Barrio Lejano es un homenaje a la madurez. A ese periodo de certezas y reproches que a veces acaba con ensoñaciones o proyectos de imposibles viajes temporales. En mi despacho, frente al ordenador, me sorprendo más de una vez imaginando qué haría si volviera al IB Velazquez del 89, y qué no haría, claro. En otras ocasiones utilizo este truco para poder dormir, como una forma de poner en paz todo el arsenal de frustraciones que llevo conmigo desde entonces. Y la culpa no es del ahora y de este yo. La culpa fue de entonces, siempre es del pasado.

Ser a destiempo es una de las peores infamias que el destino nos ha adjudicado. Ser siempre inadecuado para las necesidades de cada tiempo y no tener la opción de rectificar. No tengo dudas, si tuviera la oportunidad volvería. Necesito volver. Aunque alguien aquí, justo al lado, ha dicho justo otra cosa: necesitas huir.

1 comentario:

  1. Very interesting. Lo curioso es que la primera vez que leí (que leímos) el comic, ya era fácil advertir su enorme poder, y eso que entonces no estábamos tan afectados por el espíritu viejuno. Sobre lo que dices de que aprovechar el tiempo es hacer justo lo contrario a que hacen los adolescentes, la verdad es que a los dieciséis años me parecía una chorrada aquello de "sólo se tienen 16 años una vez en la vida". No es verdad, en realidad siempre tienes 16 años... lo que ya no tienes es el cuerpo de un adolescente ni su horizonte vital, y por eso el protagonista de Barrio Lejano no echa de menos en su nueva vida nada de su anterior vida de adulto. En este sentido, me acuerdo ahora de las mil películas americanas en las que el protagonista necesita volver a sus tiempos de instituto (bien porque entonces era un loser y como adulto ha triunfado, bien porque ha sido al revés). Siempre abominamos de lo americano, pero nadie como ellos han entendido la importancia del universo High School. Echo de menos la foto del anuario que nunca tuve, pertenecer al Spelling Club, al grupo de coro (Glee club), o recibir una carta en la se dice que me rechazan en Standford.
    Iñigo

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