martes, 26 de enero de 2010

K.


1. La Condena. Aquellas ediciones de bolsillo de Alianza, las portadas de Daniel Gil, los primeros libros que compraba con mi escasa asignación semanal. Son los relatos, historias, textos de difícil clasificación, que Kafka públicó en vida (a excepción de La Metamorfosis). El mejor Kafka junto al de los monumentales Diarios (dicen los hermanos Viana a coro). Un ejemplo: Resoluciones:

Emerger de un estado de melancolía debiera ser fácil, aun a fuerza de pura voluntad. Trato de levantarme de la silla, rodeo la mesa, pongo en movimiento la cabeza y el cabello, hago fulgurar mis ojos, distiendo los músculos en torno. Desafiando mis propios deseos, saludo con entusiasmo a A. Cuando viene a visitarme, tolero amablemente a B. en mi habitación, y a pesar del sufrimiento y el cansancio, trago a grandes bocanadas todo lo que dice C.
Pero a pesar de todo, con un simple desliz que no hubiera podido evitar, destruyo toda mi labor, lo fácil y lo difícil, y me veo preso nuevamente en el mismo círculo anterior.
Por lo tanto, tal vez sea mejor soportarlo todo, pasivamente, comportarse como una mera masa pesada, y si uno se siente arrastrado, no dejarse inducir al menor paso innecesario, mirar a los demás con la mirada de un animal, no sentir ningún arrepentimiento, en fin, ahogar con una sola mano el fantasma de vida que aún subsista, es decir, aumentar en lo posible la postrera calma sepulcral, y no dejar subsistir nada más.
Un movimiento característico de este estado, consiste en pasarse el dedo meñique por las cejas.


2. Una idea equivocada y generalizada es la de considerar a Kafka según sus ficciones. Nada más lejos de la realidad. Kafka fue un triunfador en vida. Una persona y personalidad brillantes. Si de algo se lamentaba era de no tener el valor de llevar una vida bohemia y desastrada, vida que relacionaba necesariamente con la literatura, el arte, la libertad. El no pudo nunca romper el lazo que le unía a la familia, las convenciones, al éxito profesional y social. En las reuniones destacaba necesariamente por su inteligencia y sentido del humor, y las mujeres caían normalmente a sus pies, si bien el era bastante reacio a comprometerse. Podríamos decir que la suya era una vida envidiable salvo para si mismo. Quizá por ello contribuyó a crear realidades imposibles, terriblemente cercanas al devenir cotidiano. Como medio de sublimar las miserias diarias. Lo que él entendía como su miseria diaria.

3. Los Diarios lo dicen: la peor pesadilla de Kafka era no tener tiempo ni fuerzas para escribir. Ya, él no hacía como yo, escribir durante las horas de trabajo. Una literatura precisa. Hecha con un lenguaje claro y profundo. Como si una corriente vibrante y subterfugia operara por debajo de esa superficie tranquila.

4. La ironía. El humor entre tanta deseperación. La desesperación y el sufrimiento como formas de humor. La exageración. En su relato Un Sueño, el protagonista, K. llega en sueños a un cementerio donde una tumba esta siendo preparada y la inscripción de la lápida escrita. Tras varias peripecias, K. se encontrará dentro de la tumba contemplando como el nombre escrito en la lápida es el suyo. La frase final del relatos es: Encantado con esta visión, se despertó.

Encantado con Kafka, me despido.

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