miércoles, 6 de enero de 2010

Sword of Honour / Espada de Honor / Un Honor Sr Waugh


Cuando sea mayor y me falten aún más dientes que ahora recordaré con agrado los momentos lectores que Evelyn Waugh me deparó en un viejo apartamento sin luz en el baño y sin cocina. Espada de Honor, Sword of Honour, la trilogía que escribió sobre la 2ª Guerra Mundial, y probablemnte su mejor obra. Aquí, en España, donde cada día somos más tontos, se han empeñado en catalogar a Waugh como escritor satírico y disparatado. Y es verdad que son los libros estrictamente humorísticos los que Anagrama ha publicado (no sé la razón, pero sospecho que debe haber algo de reticencia herraldiana al tono reaccionario de las obras mayores de Waugh). Claro, está también Retorno a Brideshead ("Mientras la llama del sagrario...bla,bla..."), editado múltiples veces en múltiples sellos, pero eso es como hablar de The Rolling Stones y su estilo basándose en Their Satanic Majesties (aunque a mi el disco me gusta más que toda la mierda que hicieron desde el 72 hacia delante). Brideshead fue un libro escrito para olvidar el tiempo de las penurias y el racionamiento recordando la dorada abundancia del Oxford de entreguerras por un lado, y un intento de describir el efecto de la gracia divina en un grupo de personas, si bien el talento literario-caracterólogico de Waugh es tan sutil que nadie sabe muy bien que gracia es esa. Por eso, yo me quedo con estos otros tres: Un Puñado de Polvo (editado recientemente en RBA y con un final entre absurdo y genial), Put Out More Flags (que encontré en la vieja Alianza, la buena, y que podría ser su libro más redondo: la llamada Phoney War, el tiempo que va desde la invasión de Polonia a la invasión de Francia, donde Inglaterra se dedicó tan solo a jugar a la guerra y hacer el ridículo, retratada por Waugh en un tono claramente cómico pero que huye de la mueca, el slapstick o el disparate), y claro, Sword Of Honour (compuesta por Men At Arms, en Catedra Letras Universales, Officers & Gentlemen y Unconditional Surrender, ambas imposibles de encontrar en español del bueno).

Y aquí, en Sword of Honour, es donde Waugh llega a la cima de su estilo único: la mezcolanza perfecta de múltiples tonos hasta hacer imposible al lector decir qué tipo de libro está leyendo: humorístico, bélico, tragedia, drama, comedia de sociedad (alta), comedia de sociedad (baja), disparate escatológico, panfleto ultrarreaccionario... Un grupo de personajes ven sus destinos entrelazados a lo largo de la contienda, girando en torno a la figura protagónica, Guy Croughback, el católico practicante y algo chapado a la antigua que ve en la guerra una posibilidad de redimir su patético destino para descubrir que los viejos ideales caballerescos poco tiene que ver con las guerras actuales y las servidumbres que impone la política de bloques, todo ello amenizado por situaciones absurdas: Apthorpe y su váter químico, Trimmer el inútil héroe del pueblo, los servicios de inteligencia menos inteligentes que se recuerden, un grupo de operaciones especiales solo especializado en emborracharse, una ex-mujer ligera de cascos, un asistente gay y asesino y escritor de best-sellers, un coronel obsesionado con cortar cabezas enemigas y jugar al bingo...

Uno ve la cara de Waugh en las fotos, y la verdad, no se lo imagina escribiendo lo que escribe. Decía Burgess que era el mejor escritor inglés vivo (cuando lo estaban los dos, claro), pero también que no había conocido a nadie con peor humor. Curioso, porque a su vez todos coincidían en decir de él que era el tipo más gracioso de Inglaterra (más allá de sus libros) y que siempre estaba diciendo cosas divertidas. Gracioso y malhumorado. Borrachuzo al borde del alcoholismo, catolico tradicionalista, depresivo medicado, alérgico a la mojigatería, el comunismo y los americanos. Odiaba a los niños como si fuera un personaje de Dickens, y si había una cosa que temía esa era el aburrimiento.

Si España fuera una tienda de barrio y un tipo como yo entrara y pidiera cuarto y mitad de Waugh, la dependienta, tras unos segundos de vacilación, me respondería de mala gana y con aire chulesco: aquí no tenemos de eso.

Pues nada, a leer en inglés.

1 comentario:

  1. Tengo pendientes Men in Arms y Un Puñado de Polvo, aunque con lo que me gustaron Merienda de Negros y Decadencia y Caída, no creo que tarde mucho en hincarles el diente. Intenté leer Put Out More Flags en la edición de Alianza que comentas, la viejuna... pero no pude, porque la traducción era desquiciante. No sólo por los dirigióse y los díjole, es había cosas que directamente no tenían sentido... así que pillaré la versión en inglés. Pero tengo que decir que, más allá de las situaciones delirantes (que están muy bien), hay en los libros de Waugh reflexiones simplemente geniales, emocionantes... y lo mejor de todo es que eso se ve desde la primera página del primer libro suyo que pillas (como pasa con algunas personas, bueno, creo...). He visto en Amazon el libro que escribió su maltratado hijo sobre la relación entre ellos dos... ñam, ñam.
    Iñigo

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