domingo, 21 de febrero de 2010

Domingo por la Noche


Abandonar el único lugar que podemos recordar sin una punzada de desolación. La gente no es buena, repite alguien. Imagino un templo católico en tierra extranjera, con todo ese sincretismo del que son capaces los católicos del norte: comedidos dentro de su pasión. Pero nosotros ya hemos comenzado a callejear. Hablamos de Harrod´s, de casas que nunca tendremos, buscamos un lugar donde sentarnos. Las posibilidades son tantas como los capítulos nunca escritos (y dentro de mi algo dice: escribidos, escribidos...).

Gracias a Dios no puedo escribir este blog los domingos por la tarde. Entonces me convierto en un W.C. Fields triste y sin reflejos, vapuleado por la ruindad del entorno, por la mediocridad de la que parto, y a la que llego. Hay un reino, me digo, hay un reino intocado y poderoso que me es ajeno, como todo. Vuelven entonces las palabras que son de otro y todo comienza una y otra vez a revelarse, como era de esperar.

Los años acaban por arrasar con el poco pudor de estos tiempos.

Poco después, el lunes a la mañana, iniciamos nuestro proceso de reconstrucción. Una magdalena, el te, las camisetas limpias, el equipaje, el tren. Lo más importante, sin embargo, queda atrás, como en las canciones de los 70. De eso van la mayoría de los libros que leemos.

Y para terminar el horóscopo que nunca llega: problemas creativos durante la semana. No olvides mantener tus posiciones en el trabajo. Tu tendencia a evitar los conflictos puede llevarte a la mayor de las desgracias. En el amor se más generoso: nunca es suficiente, y lo sabes. Guárdate de los vecinos del otro lado del Atlántico.

Nunca se acaba de caer.

1 comentario:

  1. pues si tu lo dices me lo creo. Aparte quedas también invitado a un almuerzo/merida7cena en el fuxión. o si te conformas te compro unos alcaparrones en el salvador que están "fetén"

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