miércoles, 1 de abril de 2009

Toros


Lo dijeron ellos: Ya están aquí los Toreros Muertos.

Lo dice Belmonte con su perfil serio de mentón prominente: Se torea como se es. Belmonte que humildemente achacaba aquello del "Pasmo de Triana" al cansancio nocturno que una señora ya casada le provocaba. Claro, está también el tema de los terrenos (no hay terrenos del toro y terrenos del torero, hay un solo terreno), y el saberse valiente a pesar de hablar mucho y en primera persona del miedo. A usted solo le falta morir en la plaza, le dice Valle-Inclán y Belmonte le contesta: se hará lo que se pueda Don Ramón. Reconoce Juan Belmonte que su peor momento taurino lo provocan las lecturas de D´Annunzio (se torea como se es y se torea como se lee). El cansancio, el agotamiento tan sevillano que apenas le tiene en pie durante una corrida en la que es volteado una y otra vez por el astado (Zabala influence) hasta que las heridas obligan a llevarle a la enfermería. Belmonte en la camilla y las voces que preguntan: es grave? qué tiene? se salvará? Y el médico que tras un ligero análisis dice: este hombre lo que tiene es sueño. Belmonte como aquel que viaja por toda España y toda América con la compañía de su cuadrilla y una maleta llena de libros: se lee como se es.

Al otro lado, outsider del toreo mayor sevillano, hermano del llorado Joselito (gracias otra vez Zabala), el gran Rafael el Gallo. La lengua, el lenguaje que utilizamos cada día, las expresiones que nos permiten acotar de manera inteligible para el otro aquello que hemos podido vivir o pensar tienen necesariamente un origen y, por tanto, un creador. Más allá de sus famosas espantás, Rafael el Gallo se nos antoja como uno de esos creadores, uno de los principales: Lo que no pué ser, no pué ser, y ademáh éh imposible. O la ya mítica: Hay gente pa tó. Estaba el Gallo en una tertulia de café de las de antes, junto a Cossio (el estudioso de la tauromaquia) y algún que otro intelectual cuando entró Ortega y Gasset. Se sentó junto a Cossio, que le presento a Rafael el Gallo. Rafaé, este es Ortega y Gasset, el gran filósofo. Rafaé se quedo pensativo y le pregunto directamente a Ortega: y un filósofo a que se dedica? Ortega y Gasset le respondió: un filósofo es una persona que se dedica a pensar. Rafael el Gallo se quedo pensando, se volvió a Cossio y le dijo: Hay gente pa tó.

Era otro tiempo y eran otros toreros. Ignacio Sanchez Mejías, que murió lejos de su tierra por un toro llamado "Granadino" (la última que tomo de Don Vicente), porque siempre lo lejos está en otro sitio, pero Sevilla está donde tiene que estar (lo dijo Rafaé, sí); y al que Lorca dedicó su elegía Llanto por Ignacio Sanchez Mejías. Fue él quien los reunió a todos en 1927: Lorca, Alberti, Gerardo Diego, Luis cernuda... en el Ateneo de Sevilla por el 300 aniversario de Góngora. Fue también Ignacio Sanchez Mejías como Presidente del Real Betis Balompié durante los años 30 el que formaría el equipo campeón del 35 (Viva er Beti manque gane!)

Béticos, intelectuales, toreros, sevillanos... Ellos fueron los mejores de todos nosotros.

P.S. las constantes referencias a Vicente Zabala (R.I.P.) son un muy oscuro homenaje al gran Joaquín Vidal

1 comentario:

  1. Creo que con la letra de este artículo deberíamos hacer una versión bien extendida de la canción "La Bohème".

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