martes, 13 de abril de 2010

RAYUELA


1. El papel de Paco Porrúa, ese Gallego-Argentino que decidió publicar Las Armas Secretas tras recibir el manuscrito de Cortazar, en una editorial donde no le querían ver el pelo (Sudamericana) tras el fiasco de ventas de Bestiario. Y luego la apuesta por Rayuela, y todas aquellas cartas en las que Cortazar le pedía que leyera el libro y así saber si lo que el sentía como escritor, al haberlo escrito, era comparable a la experiencia del lector inocente. Y todas aquellas otras cartas en las que discuten sobre el mejor procedimiento de edición, sobre como orientar a los lectores, el tablero de dirección, los capítulos prescindibles, las correcciones interminables en un libro que está lleno de errores intencionados y trampas y falsas erratas. Las discusiones acerca de la portada. El bosquejo que Cortazar hace de la Rayuela y la preocupación por los colores, el tamaño de las letras, la colocación de los nombres. Y siempre Paco Porrúa

2. Cortazar entre la ambición y la sorna. Se compara con Cervantes al decir que el posible rechazo de los críticos emularía al que Cervantes sufrió con la publicación de El Quijote. Aquellos que esperaban otro Persiles se enfrentan a algo inesperado. Algo nuevo. Una reinvención de la novela. Otro modo de expresar lo inasible. Lo real y lo que no lo es aunque siga siéndolo. Por otro lado, la huida del libro importante. Un libro que no sea Sobre Héroes y Tumbas. Que sea lo contrario de lo que Sábato ha pretendido hacer. A Sábato le ha salido un folletín aburrido, dice de manera maliciosa. Rayuela como un ensayo-novela sin pompa y mucha circunstancia. Alguien lo lee y dice sentirse en un embudo negro. Leer y sentir lo que Oliveira siente.

3. El primer capítulo escrito. El capítulo del tablón. Cortazar escribiendo durante dos días consecutivos, sin parar a comer o dormir, sin hacer nada más. Aurora trayéndole un sandwich y una Coca-Cola cada cierto tiempo y el comiendo a la vez que escribe. Aurora que vivió los años que inspiraron Rayuela, en los años 50, en París, cuando para sobrevivir tradujeron la Obra Completa de E.A. Poe por encargo de la Universidad de Puerto Rico, que vivirá el proceso creativo de la mejor parte de su obra y la consolidación de Cortazar como escritor-figura, que se verá relegada por Ugné Karvelis, y que tras la muerte de Carol Dunlop (la tercera esposa) y la enfermedad de Cortazar, volverá a ser quien le acompañe, ya condenado, en sus últimos días. Aurora como Talita.

4. Morelliana. La obra de arte como arte y teoría del arte.

5. El capítulo en el que se habla de la serenidad goethiana con un estilo refinado para luego descubrir que Oliveira está pintando su rostro en el espejo con la crema de dientes. El capítulo en el que Traveler intenta soñar lo que Talita sueña sin conseguirlo y acaba afirmando: "Traveler siguió confiando y esperando cada vez menos. Los sueños volvieron, cada uno por su lado. Las cabezas dormían tocándose y en cada una se alzaba el telón sobre un escenario diferente. Traveler pensó irónicamente que parecían los cines contiguos de la calle Lavalle, y alejó del todo su esperanza. No tenía ninguna fe en que ocurriera lo que deseaba, y sabía que sin fe no ocurriría. Sabía que sin fe no ocurre nada de lo que debería ocurrir, y con fe casi siempre tampoco.”

6. La superioridad Del lado de Acá sobre el Lado de Allá.

7. Recuerdas Mona? Nosotros pensábamos que algún día seríamos Talita y Traveler. Que tu hablarías con las vecinas mientras yo, detrás de la puerta, os escucharía y aguantaría la risa. Que aceptarías con resignación (y algo de orgullo) mis exhibiciones de erudición, mi falta de valor, el reconocimiento de dicha falta, mi inferioridad manifiesta, mi absoluta admiración por ti. Tu sigues siendo Talita, pero yo de Traveler tengo solo el nombre. Le daba rabia llamarse Traveler....

8. La superioridad de Talita sobre la Maga.

9. Cortazar entrevistado por Soler Serrano, la r característica, su extraña afabilidad, su manera lejana de ser accesible. En un momento del programa le pide a Soler Serrano que le de un poco de su whisky. "Si quieres te pido otro", le dice. "No Joaquín, ggracias. Con un poco me basta", responde Cortazar. Y sigue hablando. Hasta ahora.

2 comentarios:

  1. siempre hemos sido Traveler y Talita. ORGULLO

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  2. yo me quedé en la Maga, pero buscando el kibutz del deseo :)
    gracias rafita por cumplir mi petición.
    un beso!

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