miércoles, 16 de diciembre de 2009

NAVIDAD


Cuanto más viejo más confuso, decía Nicholas Ray bastante cascado en El Amigo Americano. Más confuso, más mentiroso, más amargo, menos grave, más feliz quizá, menos fuerte, menos triste, más borracho, más insomne, más cabreado, menos tímido, más religioso, más bocazas, más llorón, más guapo, y más alto, sin duda.

Dije que no perpetraría otro poema navideño. Lo dije el año pasado. Una nueva promesa que incumplo. Lo achaco a la presión externa. El clamor del público me hace volver... Más bien procuro conservar algo de un pasado reciente pero que parece lejano. Cada día más solo. Como si preparara una despedida que no llega nunca.

El poema tiene nombre. A la manera de Valente le he llamado:

[Rafa, contable en Navidad, interroga a sus pasados]

Nos hemos mirado unos a otros
Tan parecidos y tan lejanos, una red de compasión nos ha unido
Alguien palmea mi espalda como yo siempre hago
Otro busca una cerveza con desesperación
Nadie duerme, no nos gusta dormir
Todos sufrimos el frío que nos envejece
Como situacionistas de derecha en nuestro gran día
La Navidad ha llegado a la ciudad

Y a la ciudad nos lanzamos sin saber muy bien para qué
Un ejercicio de psicogeografía elemental
Yo a mis 36 años me acerco a L´Hospitalet y pretendo jugar al futbol pakistaní
El tipo de 25 se para cada cierto tiempo y mira alrededor desesperado
Sabe que nunca llegará a Muswell Hill (una carretera para españoles le volverá a confundir)
Cuando salgo borracho del Ateneo Sevillano apenas puedo distinguir las luces en los árboles
Mascullo un villancico inglés y el frío me hace llorar (quizá sea la grandeza de estas calles)
En el regreso a casa me cruzo con un muchacho que va al cine el 24 por la tarde con un solo propósito
Ser el único en poder recordar este momento
Más lejos, justo a la vuelta de la esquina, Rafa mira como un tipo alto y con gafas atraviesa Leoforos Alexandras
Los coches le esquivan y unos amigos le hacen gestos incrédulos
Hemos sido un grupo de borrachos, se dice para si mismo

El punto de encuentro es conocido
Los libros se apilan o desparraman por un suelo sucio y frío
Pañuelos de papel sobre cada mesa / Una TV que no se resigna a renunciar
Poco a poco van llegando, sin entusiasmo
Las cervezas se beben diligentemente, apenas se habla
Yo, por ser el mayor, explico mi experiencia y sus resultados
Los muchachos ni siquiera me oyen
Alguno incluso muestra una expresión de horror. Es el paso del tiempo
Será el más lúcido (tenía 18 años) el que diga la única verdad:
Hay un solo tiempo y un solo espacio / No hay memoria sin verdad

He despertado a un día menos frío
Como un viático he dejado que el sol se apropie de este final
La soledad como creación de un pasado imperfecto
Estar solo como la bendita consecuencia de mis actos
Solo. Sin lenguaje, sin instituciones, sin tradiciones
Una única ciudad y un continuo presente continuo

Liberado y sin demasiada prisa salgo a la calle
Aún me quedan algunos regalos de Navidad por comprar
Decido pararme frente a una tienda de chinos para ver mi reflejo
Todas las edades del hombre y un único pensamiento:
No me quedaría mal un bigote
Esta es la vida que he de vivir?

3 comentarios:

  1. Gracias Rafa por tu poema, me tenías angustiada en pensar que nunca mas volvías a escribir. Ah, y la foto del perfil pega perfectamente al poema. Beso! LauraP.

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  2. Henry Miller a la española, pero con más talento y menos aburrio, y con final a lo Homer Simpson. Sacas como nadie belleza de lo triste. Un abrazo

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  3. hola Rafa, aqui estamos en ARGENTINA estás hecho todo un Jorge Bucay pero al estilo sevillano,recuerda ese día en el hotel de EEUU, David cocinaba y alguien apareció por la cámara.
    Petonets

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